Moisés Gallego rememora a Enric Miralles

Primero me gustaría agradecer a Moisés Gallego su inestimable colaboración, amabilidad y confianza.

Tiempos de escuela, los dibujos como estudiante y primeros años como docente.

Autor: Moisés Gallego Olmos (Arquitecto por laE.T.S.A.B 1979 y Doctor Arquitecto por la E.T.S.A.B en el año 1994. Socio fundador de la empresa Gallego Arquitectos. Profesor de Proyectos en la E.T.S.A.B. ininterrumpidamente desde 1979)

Enric era de una promoción anterior a la mía, me matricule en el año 1973, un año después de su ingreso. Como estudiante fue a partir de tercero o de cuarto curso cuando empiezas a tener conciencia de que formas parte de una determinada promoción, tal que empiezas a conocer compañeros de un curso que están por encima y de otros un año atrás. De entre los que andaban por delante empezó a destacar la figura de Enric Miralles. La razón se debía a que ya se comentaba, no solamente entre su curso sino que los ecos llegaban al nuestro, sobre la finura y precisión de sus dibujos. Cuando el soporte era papel vegetal, solía hacerlos con una pluma “Rotring” de espesor mínimo, con punteros de 1,2 que eran tan delicados que si no desplazabas la pluma perfectamente perpendicular sobre el vegetal la puntera se doblaba, dejando de servir. Las plantas, alzados y secciones se dibujaban con el mismo grosor sin especificar jerarquía entre lo representado, igualando las líneas de corte con las de proyección e incluso con auxiliares si venían al caso. Alzados secciones y plantas en ocasiones se entremezclaban con un único resultado que obedecía a entender cada fracción del dibujo como la parte de un todo, de tal forma que la suma del conjunto representado ofrecía la dimensión total del edificio. Apareció el inicio de un nuevo lenguaje del dibujo como una nueva forma de proyectar. Además destacaba la belleza del dibujo como representación de una idea y por ende idea que requería de su especial representación.

Cuando había entrega de proyectos Enric solía dejar colgado sus trabajos en paredes algunos días más. Y es en esos momentos donde empecé a conocer de su existencia, aprovechando esta circunstancia para comprobar la calidad de sus dibujos. En ellos varios aspectos destacaban por encima de lo habitual: cuando la perspectiva se hacía a lápiz sobre papel “canson” el lápiz empleado era de una dureza extraordinaria, se decía por los corrillos que era de un 7H, la razón era que los encuentros de las aristas auxiliares buscaban la percepción y el grueso de la mina, si era muy blanda, acumulaba errores. Las perspectivas de los edificio solían ser frontales, o sea con un solo punto de vista y la colocación del foco nunca estaba en el centro del dibujo, sino que se desplazaba buscando visiones inusuales, quiero decir poniendo el ojo muy a ras de suelo, o en una de las aristas del edificio y en ocasiones fuera del ámbito del cuadro. La razón de esta técnica es muy sencilla, las perspectivas frontales son mucho más ágiles de construir pero al tiempo ofrecen visiones siempre parciales, cosa que no es así cuando el foco sale del plano del cuadro. En cualquier caso también en esto era innovador.

Sorprendía el uso de mecanismos auxiliares para precisar el dimensionado de ciertos elementos del edificio, por ejemplo en desarrollos de escaleras, tanto en alzados frontales como laterales. Como que las medidas del peldañeado por ejemplo eran de 17,6cm de altura por 28 de ancho distancias imposibles de precisar con un escalímetro cuando se trabaja a 1/100, solía resolverlos utilizando el teorema de “Tales”. También combinaba además del “Paralex”, el uso de escuadras y cartabón para aportar visiones parciales escorzadas que traspasaba a la proyección ortogonal. Todo ello hoy con las ventajas que supone el uso de ordenadores ha quedado obsoleto, pero no la manera de interpretar los espacios a partir del dibujo. Es más, y sirva como ejemplo, cómo en el proyecto de la ampliación del Ayuntamiento de Utrech donde en su estudio los ordenadores están totalmente en activo Enrich utiliza el mismo mecanismo de dibujar fragmentos del proyecto a mano para la resolución de entregas y variantes del proyecto. Siempre he sospechado que no llego a sentir interés en aprender el uso del dibujo por ordenador. Una reciente Tesis sobre su obra realizada por J.F. Contreras de la escuela de Madrid adjunta innumerable documentación gráfica que valida esta práctica.

La pareja de arquitectos Eva Prats i Ricardo Flores, que pasaron buenos años en su época de estudiantes en el despacho del arquitecto, actualmente utilizan este método para proyectar. En la actualidad están dando clases en el último curso de la ETSAB con gran aceptación por parte del estudiantado y reproducen fielmente el mecanismo que allí aprendieron y practicaron. En la actualidad no se trata de cuestionar la lentitud del método respecto de las ventajas del dibujo por ordenador sino de la intensidad que se requiere en la proyectación y de la mejora de los resultados obtenidos.

Terminada la carrera fue cuando coincidimos durante seis u ocho años como profesores auxiliares en el curso de Albert Viaplana, durante los primeros años solíamos jugar en las pistas universitarias un partido de futbol: profesores contra una selección de estudiantes. Enric no venía ya que el futbol no se le daba bien y recuerdo que en una ocasión ante la ausencia de un jugador habitual le pedimos que lo substituyera. En aquella ocasión jugamos mezclados y me toco jugar contra él. Que a su vez hacía de defensa y se puso a jugar como si lo que se practicara fuera baloncesto. O sea se ponía delante de ti a una mínima distancia con los brazos extendidos porque su técnica era ocupar la posición antes que tú y al mino intento de regate ya se había movido y nuevamente lo tenías delante de ti, semi agachado mirándote fijamente a los ojos y con los brazos extendidos. Hay que añadir que yo tampoco era un ariete pero le decía que así no se juega al fútbol y él se reía y reía abiertamente. Nunca más lo volvimos a llamar. Siempre he pensado que eso de cambiar las reglas de juego que tan buen resultado le dio en el partido fue uno de los instrumentos que utilizó para proyectar.

Enric, como ya se ha dicho en numerosos escritos, tenía una capacidad de trabajo descomunal, por las tardes, él trabajaba con el catedrático en su despacho de calle Aribau muy cerca del que yo compartía en la calle Tavern, a veces al terminar la jornada coincidíamos en la calle, yo exhausto regresaba a casa, en tanto que el siempre animoso me comentaba que estaba estudiando inglés y que después en casa se presentaba con la que fue su mujer, Carme Pinos, a concursos de arquitectura, ahí es nada. En aquella época en el curso se hacía una clase general a la semana en que los profesores nos turnábamos por un orden establecido. Siempre que le tocaba a Enric era, para alumnos y nosotros, un acontecimiento. Traía a palestra un material de la historia de la arquitectura que en las imágenes tomada cuerpo presente, como si fuera su último trabajo como si fuera fuente de inspiración de lo que estaba haciendo por las noches en los concursos de arquitectura. El concurso del “Zementiri” de Igualada, que para muchos ha sido su mejor proyecto, fue el fin de este período. Maestro y alumno se separaron y nosotros perdimos la oportunidad de seguir compartiendo con él sus clases y su presencia diaria en la ETSAB.

Moisés Gallego, diciembre de 2016

¿Quién es quién?

Mi deuda de gratitud y generosidad a Móises Gallego por su su amable paciencia a la hora de enumerar a todos los integrantes de las siguientes imágenes: